domingo, 18 de febrero de 2007

Verde sal.

Irrumpo en tu morada,
tu lecho somnoliento y alegrías.

tus manos bebestibles,

este amor viaja de ti al ave,
siempre,
uno solo somos.

Abro las puertas que deseo
desde años en tu ausencia,

y un canto se oye dentro tuyo.

mi boca al fin prueba tus sabores,
(lluvia),
erizándome completo yo me río en tu presencia,
(Sol).

Montes cruzo para siempre.

Cabalgando como loco sobre el viento,
felices son los días junto a ti,

mujer.

Sobre tu alma que percibo bien me poso,
Ave sobre nidos que penetro con mi amor,

Bosques y aguas repletan tu vida y la belleza.