domingo, 10 de diciembre de 2006

Divina comedia.

Pregunta el hombre enamorado en el lecho de su amante moribunda.

¿Cuando supe yo de tu deceso tragicómico?

...Cuando encontré mis lentes de colores vagos, respondía yo a mi vez,
que te enseñan los misterios de este mundo extravagante,
con los cuales yo descubro los secretos mas privados de un sistema que no sirve...,

¿donde dejé esos lentes ahora en estos momentos en que tu mirada oculta sentimientos y pesares, el amor que me juras me profesas?,
¿donde está tu transparencia ninfa del pacifico, ninfa enamorada de la vida, cuando yo solo represento muerte?...

Madre natura.

Bebo de tu leche
mujer madre de dioses y profetas,
bebo de tu leche que mágica me hace mas pequeño e insufrible
o mas grande aún según tu deliciosa voluntad,

camino por parques y alamedas, buscando el infinito,
arrasando con odio a todo lo que sin suerte
se cruce por mi mirada enajenada.

Empequeñezco y escapo de los vivos que me acosan con sus armas bien cargadas,
me escondo bajo piedras protegiendo mi existencia,
mi salud e integridad,
y me mantengo fuerte como robles milenarios,
sano como aguas de cordilleras inexploradas por los hombres,
que vírgenes como doncellas comienzan sus caminos de bondades y de paz.

Eterno ciclo.

Voy ladera abajo corriendo como enfermo,
voy alegre y sin pensar
por estos campos positivos de estos mundos desolados/.

salto con mis fuerzas primigenias y caigo en ríos de aguas puras,
puras como tu mi amor, mujer de sueños,
deseos de mi alma, que eterna aun te besa.

Besando voy tus pies que me fascinan
concluyendo en tus labios que enloquecen/.

y tus besos, que me absorben, despliegan alas de mi espalda
comienzo a viajar por altos firmamentos, y tu en mis brazos/.

por aires cálidos y placenteros que acuñamos en nuestros desnudos porvenires...

te penetran asteroides
y nuevos universos nacen de este nuestro encuentro,
fugaces e infinitos, todos juntos a la vez.